La bikini cumple 75 años: de las prohibiciones a la popularidad total

De Marilyn Monroe a las Kardashian, como evolucionó el traje de baño más famoso

Argentina 18/07/2021 Vero Guzmán
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Su nombre revela que su creador, Louis Réard, era conciente del poder explosivo de su invento. El 5 de julio de 1946 se presentó el traje de baño de dos piezas llamado bikini, el mismo nombre del atolón del océano Pacífico en el que pocos días antes Estados Unidos había probado una bomba atómica.

Ninguna de las tan formales mannequins de aquella época, como se llamaba entonces a las modelos, estaba dispuesta a presentar la innovación de la moda del francés Réard, apenas un año después de que culminara la Segunda Guerra Mundial.

Por eso, la bailarina nocturna Micheline Bernardini fue la elegida para presentar la primera bikini a la opinión pública mundial en la piscina Molitor de París.

El traje de baño de dos piezas, impresionantemente provocativo para la época, estuvo prohibido aún en los años 50 y 60 en muchas playas. Debió pasar un tiempo y que varias personalidades famosas, como Brigitte Bardot, Marilyn Monroe y Ursula Andress, lo lucieran en público para que el bikini comenzara su desfile triunfal por las playas y piscinas de todo el mundo.

En 1962 llegó el momento de la legendaria aparición en la pantalla grande de Ursula Andress como la chica Bond Honey Ryder. Con un modelo de bikini -que hoy en día sería bastante mojigato- salió del mar cantando y James Bond, interpretado por Sean Connery, no pudo salir de su asombro. “El bikini empuja los límites de lo posible”, señaló la diseñadora de moda Ursula Templin. “Calma a una sociedad que prohíbe la desnudez, pero es a la vez mucho más provocativo”, afirmó.

Aquel pequeño retazo de tela que lució entonces Andress permaneció durante algunos meses en un estante de una casa de subastas de Los Angeles, pero eso puede haberse debido a que el precio de base era fastuoso: 300.000 dólares (unos 254.000 euros). El bikini del “Dr. No” cambió de dueño en 2001 por 60.000 dólares, un récord en ese momento para una pieza de traje de baño.

El diseño que el ingeniero Réard había presentado tuvo un cambio de imagen radical, al pasar de indecente y escandaloso a sexy y emancipatorio. Luego, con la liberación sexual de la generación de 1968, la moda del topless y el nudismo, el desenfado fue mucho más allá de la creación de Réards.

En los años 80 y 90, las bikinis fueron presentadas con toda naturalidad por supermodelos como Claudia Schiffer y Naomi Campbell. Y se desarrollaron también distintas versiones, como los microkini, monokini, mixkini, tankini y burkini.

Si a principios del siglo XX el tamaño del traje de baño no debía ser demasiado escaso, en el siglo XXI algunos quieren frenar la corriente que va en sentido contrario. El Consejo de Estado de Francia, el máximo tribunal administrativo de ese país, suspendió en 2016 la prohibición de usar burkini, al tiempo que la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) estipuló en 2012 que las jugadoras de voleibol de playa no podrían utilizar bragas de más de siete centímetros de ancho en sus caderas.

Alemania dedicó a fines del año pasado todo un museo al bikini, justo a tiempo para celebrar su 75 aniversario. El Bikini Art Museum, el museo dedicado al bikini en Bad Rappenau, una ciudad en el estado de Baden-Wurtemberg, en el sur de Alemania, posee una colección de 1.200 piezas de exhibición y un espacio de 2.000 metros cuadros para sus exposiciones.

Pese al éxito mundial que alcanzó, la bikini no convirtió a Réard en un diseñador tan rico como esperaba. El modelo original, que había patentado bajo el diseño registrado número 19341, fue copiado de forma desenfrenada.

El francés murió en 1984 en Lausana, Suiza, donde descansan sus restos, al igual que los de la francesa Gabrielle “Coco” Chanel, creadora de otro hito de la moda, el “little black dress”, el icónico vestidito negro.

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