El turismo interno es una de las actividades que aún no fueron habilitadas en San Juan, luego de la vuelta a Fase I por el brote de COVID-19 que se registró, a mediados de agosto, en los conglomerados de Caucete y Santa Lucía.

Los departamentos de Calingasta, Jáchal, Iglesia y Valle Fértil, los preferidos por los sanjuaninos para tomarse unos días de descanso, son parte de las 6 comunas que no han presentado casos positivos y ante esta situación analizan como sería el regreso.

Los jefes comunales mantuvieron una reunión con las autoridades del Comité COVID-19. En el encuentro los intendentes expresaron su preocupación y dieron a conocer sus puntos de vista con respecto a una posible apertura al turismo, que por el momento no tiene fecha confirmada.

El 1 de julio, San Juan habilitó esta actividad con un impacto muy positivo. La gente aprovechó los fines de semana largos, que se produjeron por esas fechas, y en algunos casos hasta alquilaron alojamiento con varios meses de anticipación ante la gran demanda. Por aquel entonces la provincia tenía pocos casos, la mayoría importados. Pero el brote de COVID-19 que se dio en Caucete y que provocó que actualmente haya más de 700 casos positivos, hace que ahora el panorama sea distinto.

Los intendentes solicitan que el protocolo sea mucho más estricto del que se venía utilizando. Se habla de tener un cupo de visitas diarios o por fin de semana. Que los permisos sean más rigurosos para quienes alquilan y también para los visitantes. Se planteó la posibilidad de tener horarios de ingreso y egreso, y en algunos casos hasta de la posibilidad de no abrir al turismo, pero por el momento todo está en proceso de análisis.

Los habitantes de los departamentos alejados tienen temor a que quienes lleguen del Gran San Juan puedan despertar focos de contagios allí. Saben que no están exentos de que se pueden presentar casos, pero el pedido principal es que se trate de controlar la cantidad y circulación de personas.

El común denominador es que el turismo es el motor de las economías de los departamentos alejados, pero también coinciden que deben llevar tranquilidad a las personas que allí viven. Es por ello que continuarán trabajando en un protocolo que sea beneficioso para todas las partes.