Intento de asalto de motochorros: "Me apuntó a la cabeza y no salió el tiro" dijo el empresario afectado

José Ureña vivió un violento asalto bajo el puente de calle Oro, donde un motochorro le disparó varias veces sin éxito. Fue herido en el brazo y pide más presencia policial en la zona para evitar futuros ataques.

San Juan04/12/2025INFOVALLEFERTIL INNOVA CJRINFOVALLEFERTIL INNOVA CJR
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A menos de 24 horas del ataque que pudo costarle la vida, el empresario sanjuanino José Ureña regresó a trabajar como cualquier otro día. Pero su testimonio estremeció: sobrevivió de milagro a un asalto violento en el que un motochorro le apuntó a la cabeza y gatilló repetidas veces sin que el arma accionara.

El hecho ocurrió este miércoles al mediodía bajo el puente de calle Oro, en Chimbas, un lugar por el que Ureña transita a diario. Él y su hija de 25 años habían detenido la camioneta frente a una verdulería cuando dos delincuentes se abalanzaron sobre la joven. "Le abrieron la puerta, la agarraron del pañuelo y le apuntaron en la cara", relató el hombre en Radio Sarmiento.

Al ver la escena, Ureña salió por detrás del vehículo para auxiliarla. Se produjo un violento forcejeo en el que el delincuente disparó cuatro veces. "Me tiraba al piso, me apuntaba a la cabeza. No sé cómo esos tiros no salieron. Yo pensaba que le iban a pegar a mi hija", contó. Uno de los proyectiles sí se ejecutó y atravesó su brazo derecho, aunque sin comprometer órganos ni huesos.

Mientras el agresor disparaba, el cómplice que manejaba la moto huyó, dejándolo atrás. "Mi hija pensó que el arma era de juguete, hasta que vio la sangre", recordó Ureña. La joven llamó al 911, aunque, según dijo, las personas que estaban en la zona no intervinieron por miedo: "La gente se paraba, miraba, pero nadie se bajaba. Sentían los disparos y se asustaron".

El empresario condujo por sus propios medios hasta el Hospital Rawson, donde fue asistido y dado de alta al poco tiempo. Este jueves, ya de vuelta en su rutina, volvió a cruzar por el mismo punto del ataque: "Pasé y miré… Dios estuvo con nosotros. Podría haber sido una tragedia".

Ureña afirmó que la zona es frecuentada por motochorros y arrebatos, y pidió mayor presencia policial. "A veces hay policías, pero tendría que ser más seguido. No puede ser que uno salga a trabajar y estos tipos anden robando y disparando".

La Policía investiga las cámaras de una empresa cercana y trata de identificar a los agresores. Según testigos, se trataría de sujetos recientemente liberados de prisión. Mientras avanza la causa, Ureña insiste: "No hay que esperar una tragedia para hacer algo. Esto fue un milagro".

(TELESOL)

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