Murió en un paseo familiar y salvaron a su bebé por cesárea de urgencia

Antonella Prieto eligió el martes para hacer algo especial con su familia. La mujer de 34 años, embarazada de siete meses, había viajado desde Pergamino hasta Buenos Aires para disfrutar de "Dinosaurios y el Mundo Jurásico", una exposición que prometía alegrar a su hijo de dos años.

Pero a las 17, mientras caminaba entre réplicas de criaturas prehistóricas, su cuerpo colapsó sin previo aviso.  

Los médicos de la Maternidad Santa Rosa intentaron lo imposible por revivirla. Mientras Antonella perdía la batalla, otro milagro ocurría en el mismo quirófano: su bebé, Julia, nacía por cesárea de emergencia.

La pequeña lucha ahora en neonatología, con pronóstico reservado pero con vida, como un frágil testigo de la tragedia.  

"Fue instantáneo", describió un familiar a TN. La autopsia confirmó lo que nadie en la familia sospechaba: una preeclampsia silenciosa había elevado su presión arterial hasta provocar el paro cardíaco.

Lo más cruel es que Antonella no presentaba síntomas alarmantes. Sus controles prenatales eran normales y el embarazo transcurría sin complicaciones aparentes.  

Esta no es la primera vez que el dolor golpea a la familia Foster-Prieto. Hace apenas cuatro meses, Federico Foster, hermano de Patricio (pareja de Antonella), murió ahogado en Punta del Este mientras entrenaba para un Ironman. El deportista de élite desapareció en aguas de Playa Mansa, sumando otro capítulo trágico a esta historia.  

Mientras Julia lucha por sobrevivir en una incubadora, los médicos explican que la preeclampsia sigue siendo un enigma.

Aunque se relaciona con anomalías en los vasos sanguíneos de la placenta, puede aparecer sin previo aviso, incluso en embarazos aparentemente saludables como el de Antonella.  

La fiscalía de San Isidro descartó causas externas en la muerte, pero la familia se pregunta cómo algo así pudo pasarle a una mujer joven, sin antecedentes, que solo quería disfrutar de un día especial con los que más amaba.

Mientras tanto, en Pergamino, una cuna espera vacía y un niño de dos años no entiende por qué su mamá no vuelve a casa.