Pruebas Aprender: en San Juan, solo el 37% de los chicos de tercer grado alcanzó el nivel de lectura esperable para su edad

Según el informe del Ministerio de Capital Humano, más de la mitad de los estudiantes no logra la comprensión lectora prevista para la finalización del primer ciclo.

Argentina06/05/2025INFOVALLEFERTIL INNOVA CJRINFOVALLEFERTIL INNOVA CJR
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Los resultados de las pruebas Aprender 2024, que evaluaron la alfabetización de alumnos de tercer grado de todo el país, revelaron que solo el 45% de los estudiantes alcanza los niveles de lectura esperables al cerrar el primer ciclo, es decir, menos de la mitad de los alumnos evaluados. De acuerdo a los datos oficiales, en San Juan ese porcentaje se ubicó en el 37%.

 Así lo muestran los datos de la prueba Aprender Alfabetización, que se tomó en noviembre de 2024 a una muestra representativa de 91.042 estudiantes de tercer tercer grado en 4.178 escuelas de todo el país. La Secretaría de Educación acaba de presentar los resultados, que arrojan que un 24,5% de los estudiantes se encuentra “en proceso” de alcanzar el nivel esperado y que 3 de cada 10 (30,5%) están “significativamente rezagados”.

 La nueva prueba Aprender presenta sus resultados en seis niveles de desempeño (tradicionalmente eran cuatro), con el objetivo de “diagnosticar las habilidades lectoras” de los estudiantes al terminar el primer ciclo de primaria. El nivel más bajo es el de los “lectores incipientes”: alumnos que respondieron menos del 50% de las preguntas de la prueba (y que antes no se consideraban en los resultados). Estos estudiantes –un 3,3% del total– recién se inician en la lectura de oraciones y solo pueden leer palabras con soporte de imagen (por ejemplo, leer la palabra “pato”… si tienen al lado la foto de un pato).

 Las diferencias entre provincias
 
La prueba Aprender Alfabetización se inscribe dentro del Compromiso Federal por la Alfabetización, una iniciativa que las provincias y la Nación acordaron en 2024 y que incluyó el diseño de 24 planes de alfabetización provinciales y un plan nacional. En abril de este año, antes de conocer estos resultados, el Consejo Federal de Educación aprobó de manera “unánime” los planes de alfabetización para 2025. Los nuevos datos, que buscan trazar un diagnóstico para orientar las políticas de alfabetización, podrían servir para reorientar esos planes –o, al menos, para que la Nación y las provincias los tengan en cuenta al diseñar sus planes para 2026–.

 En sus planes de alfabetización, varias provincias optaron expresamente por un determinado método de enseñanza de la lectura y la escritura (aunque, como suelen señalar los expertos, eso no garantiza que ese método se aplique en todas las aulas). Los resultados de Aprender presentados por la Secretaría de Educación de la Nación muestran grandes asimetrías entre las provincias, pero esas diferencias no parecen estar relacionadas con los métodos adoptados: provincias que declaran aplicar métodos similares logran resultados muy diversos.

 Según el informe nacional, los mejores niveles de desempeño están en Formosa, donde el 63,6% de los estudiantes alcanza el nivel esperado en lectura. Allí el 37% de los alumnos se ubicó en el nivel más alto (el 5), muy lejos de los parámetros del resto de las provincias (que en su mayoría no superaron el 20%). El plan de alfabetización de Formosa se orienta al constructivismo, con énfasis en la educación intercultural bilingüe.

 En segundo lugar se ubica Córdoba, donde el 58,8% de los alumnos alcanza los niveles esperados (el 29,6% se ubicó en el nivel 5). Allí la política provincial –el “Compromiso Alfabetizador”– se diseñó sobre la base de los programas de alfabetización implementados durante la última década.

 En tercer lugar queda CABA, donde el 55,5% de los alumnos alcanza el desempeño esperado en lectura (niveles 4 y 5). Esos alumnos se alfabetizaron con el viejo diseño curricular de primaria, que adoptaba una perspectiva más inclinada hacia el método global o constructivista, según lo ha planteado el propio Gobierno porteño –que, a partir de este año, implementó un nuevo diseño curricular y reorientó la enseñanza hacia el método “estructurado”, basado en la conciencia fonológica, es decir, en las correspondencias entre letras y sonidos–.

 En Mendoza, que viene trabajando desde hace varios años de manera consistente con el método “estructurado”, el 44,1% de los alumnos alcanzaron los desempeños esperados. Es una cifra similar a la de provincia de Buenos Aires (43,7%) e inferior a la de La Pampa (49,6%), provincias que adoptaron explícitamente métodos más constructivistas –al menos en sus planes: eso no impide que los docentes estén apelando a otras estrategias–. En Santa Fe, alcanza el nivel esperado el 41,4% de los alumnos.

 Los peores niveles de desempeño se registran en la provincia vecina a Formosa: en Chaco, apenas 1 de cada 3 estudiantes (34,2%) alcanza el nivel esperado. En una situación similar quedan San Juan (37%) y Misiones (38%). En cambio, Santiago del Estero supera a varias provincias con NSE parecido o incluso más alto: allí el 47% de los alumnos alcanza el nivel esperado, según los datos oficiales.

 La evaluación

 La nueva prueba Aprender presenta sus resultados en seis niveles de desempeño (tradicionalmente eran cuatro), con el objetivo de “diagnosticar las habilidades lectoras” de los estudiantes al terminar el primer ciclo de primaria. El nivel más bajo es el de los “lectores incipientes”: alumnos que respondieron menos del 50% de las preguntas de la prueba (y que antes no se consideraban en los resultados). Estos estudiantes –un 3,3% del total– recién se inician en la lectura de oraciones y solo pueden leer palabras con soporte de imagen (por ejemplo, leer la palabra “pato”… si tienen al lado la foto de un pato).

  Luego, en el nivel 1 quedan los alumnos que se están iniciando en la lectura de textos simples y solo pueden extraer información explícita: son un 8,3%. En el nivel 2 se ubican los que comprenden textos simples de forma mayormente literal (18,8%), y son capaces de localizar información no central, así como establecer relaciones de semejanza y diferencia entre un texto y otros.

  La suma de estos tres niveles indica que 3 de cada 10 estudiantes argentinos de primaria quedan por debajo del nivel esperado de lectura, después de al menos cinco años de escolaridad obligatoria (de sala de 4 a tercer grado). En su análisis de los resultados, desde el Observatorio de Argentinos por la Educación consideraron que 1 de cada 10 estudiantes argentinos de tercer grado “no sabe leer”.

Uno de cada cuatro estudiantes (24,5%) se ubicó en el nivel 3 de desempeño, que representa una zona intermedia: son alumnos que están “en proceso”, según la presentación oficial. Este grupo comprende textos complejos (de mediana extensión) de forma literal y se está iniciando en la lectura inferencial (la que implica reponer información no explícita). Por ejemplo, pueden deducir el uso de una palabra cuyo significado está sugerido por el contexto lingüístico.

Un porcentaje similar de estudiantes (26,4%) se ubicó en el nivel 4: son capaces de comprender textos complejos de forma “literal, inferencial y reflexiva”. Finalmente, el desempeño más destacado es el del nivel 5 (18,7%), en el que se ubican los estudiantes además pueden establecer inferencias complejas.

Al presentar los resultados, desde la Secretaría de Educación señalaron que aún falta consensuar a nivel federal cuál sería el nivel “esperable” para tercer grado. Por lo pronto, las conclusiones presentadas sugieren que el nivel adecuado sería el de quienes llegan a los niveles 4 y 5, que suman un 45%. Actualmente los Núcleos de Aprendizajes Prioritarios (NAP), que definen los contenidos mínimos que deben aprenderse en cada año escolar en todo el país, aluden a la “comprensión” de textos narrativos, descriptivos, explicativos y poéticos en tercer grado, sin desagregar con mayor precisión qué implica “comprender”.

Como sucede con todas las pruebas Aprender, los resultados de aprendizaje se asocian fuertemente con el nivel socioeconómico (NSE). En este caso, la prueba midió el NSE de las escuelas, no de los alumnos. En el quintil más bajo (las escuelas más pobres), solo 1 de cada 3 estudiantes (32%) alcanza el nivel esperado de lectura. En el otro extremo, en el quintil más alto, la cifra asciende a más del doble: 66,8%. A la vez, entre los alumnos más favorecidos del país, 1 de cada 10 (12,3%) queda por debajo del umbral mínimo: no llegan al nivel 3 de desempeño. Entre los menos favorecidos, son 4 de cada 10 (44,4%) quienes no alcanzan ese nivel.

La brecha socioeconómica también se observa al comparar los resultados de las escuelas estatales con las privadas (que, en promedio, suelen tener un NSE mayor). En el sector estatal, alcanza el nivel esperado de lectura el 39% de los estudiantes, mientras que en el sector privado la cifra es mucho mayor: 62,4% (23,4 puntos de diferencia).

En cambio, no aparecen grandes diferencias entre las escuelas rurales y las urbanas. En las rurales, el 43,3% de los alumnos alcanza los niveles 4 y 5 de desempeño en lectura. En las urbanas, la cifra es 45,2%.
 
 
 
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