Valle Fértil también soporta una grave y prolongada crisis hídrica

A diferencia del resto de los oasis provinciales, el departamento del noreste de San Juan depende sustancialmente de las precipitaciones pluviales.

Valle Fértil17/02/2024INFOVALLEFERTIL INNOVA CJRINFOVALLEFERTIL INNOVA CJR
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Si hay un departamento en la provincia de san juan que, históricamente, su desarrollo socio-productivo estuvo fuertemente asociado a las condiciones climáticas, sin duda es Valle Fértil.

Valle Fértil siempre se destacó, dentro de la provincia de San Juan, por sus verdes paisajes, su flora y fauna muy particular y única, su régimen pluviométrico superior a 300 milímetros anuales (incluso, algunos registros de la zona alta de las Sierras de Elizondo, con un valor cercano a los 600 milímetros en la década de los 70). En definitiva, una realidad muy distinta al resto de la provincia, presentando más similitudes con el Sur de la provincia de La Rioja.

Los memoriosos siempre destacan las características cíclicas del clima vallisto. Al menos la historia de los últimos 130 año, transcurría entre periodos de fuertes inundaciones y sequías, tan prolongadas, que escasamente había agua para beber. La expansión productiva (agrícola-ganadera), observada en los periodos húmedos, se retraía en los periodos secos.

Respiro

Actualmente, tal vez, debido a las características socioculturales de la comunidad de Valle Fértil, se torna más aguda la situación. Mayor consumo de agua per cápita -muy por encima de los 50 litros/habitante/día, que la OMS considera necesario y normal-. La muy alta concentración poblacional en San Agustín, Astica y el área rural prácticamente despoblada. Estos, entre muchos, son los factores que, entendemos, complican la situación, y que, al persistir la sequía, y lo que es peor aún, la incertidumbre de su duración, enmarcan un escenario altamente complejo, donde las obras existentes o a realizar, en este contexto, se convierten en paliativos, dado que la única solución realmente es la lluvia, que recarga adecuadamente los acuíferos.

La escuela Agrotécnica Ejército Argentino, por supuesto, no escapa a esta realidad. La que produjo una muy fuerte reducción de la superficie cultivada, a tal punto que a la fecha se perdió el 100% de los cultivos forrajeros, tanto permanentes -alfalfa-, y de estación -sorgo, maíz, entre otros-.

Sobrevivir

El equipo de bombeo escolar, destinado para riego de los cultivos, extrajo agua por última vez en marzo de 2022. Por lo que, lamentablemente, se dejó de usar el sistema de riego presurizado instalado en 3 hectáreas de alfalfa, que sólo se alimenta con dicho equipo.

Se mantuvieron algunos cultivos, con el aporte del agua de turnado provisto por el Departamento de Hidráulica, pero desde septiembre 2023, a la fecha, solamente se efectuó un solo riego. Esta lamentable realidad obligó a efectuar una drástica reducción, principalmente en los planteles bovinos y caprinos de la escuela, debido a la imposibilidad de alimentarlos.

No obstante, febrero 2024 está brindando cierta esperanza en lo que a lluvias se refiere: se registraron 55 milímetros en 3 precipitaciones; de mantenerse esta situación, incluso en marzo, nos permitiría efectuar la siembra de pasturas, para enfrentar el crudo y seguramente seco invierno.

En tanto que para la zona ganadera vallista, ya es muy tarde, porque no permitiría la recuperación de las pasturas naturales, especialmente por la cercanía del invierno. Realidad similar viven los productores agrícolas de Baldes de las Chilcas, donde se perdió prácticamente toda la producción de alfalfa.

Cabe destacar que, debido a que las tormentas son irregulares en intensidad y muy localizadas, también es distinta la situación del sector ganadero vallisto, por lo que se encuentran zonas donde se llenaron las represas, pero no hay pasto. Y casos donde hay algo de pasto, pero no hay agua para el ganado.

Sospechas

En este escenario, resulta casi inevitable hablar de las modificaciones del clima mediante el uso de cañones antigranizo y avionetas rompetormentas. Tema polémico, por cierto. Con muy fuertes argumentos científicos de ambos lados. Para los habitantes rurales, quienes sostienen que la existencia de esa práctica es real, injusta y muy dañina, no se plantean dudas. Indican que se forman las tormentas, se observa que las avionetas circulan en las cercanías de las nubes, pasados unos minutos, en la superficie llega viento y desaparece la tormenta, haya estado pronosticada o no.

Este relato hace más de 15 años que se sostiene en nuestra zona, en La Rioja, San Luis, Córdoba, etc. Nunca llegó a los medios nacionales, hasta la semana pasada. Entendemos que, debido a la fuerte presión de los productores ganaderos, incluso la Justicia tuvo que actuar, ya que desde la Defensoría del Pueblo se prohibió el "uso de tecnologías que modifican el ciclo hidrológico, en medio de la crisis hídrica más aguda que atraviesa la provincia", y, claro, Valle Fértil. Será oportuno, también, un pronunciamiento de los productores ganaderos de locales, ante el Juez de Paz, tal como se realizó en el departamento Sarmiento.

Institucionalmente sostenemos que existen insumos, tanto científicos como jurídicos, para que los organismos correspondientes tomen decisiones definitivas al respecto, en un marco de justicia y equidad, desde una mirada ecosistémica, pensando en las próximas generaciones de habitantes del medio rural. 

Por el agrónomo Carlos Mercado
Dir. Agrotécnica Ejército Argentino

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