Preocupación por el robo de fentanilo en hospitales en Argentina

El opioide más peligroso y adictivo circula solo en centros de salud y bajo un estricto protocolo. A pesar de esto, se registraron al menos tres hurtos de ampollas que alarmaron a las autoridades.

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El robo de ampollas de fentanilo en el hospital de Concepción del Uruguay fue noticia a nivel nacional y generó una gran preocupación. Las miles de muertes en Estados Unidos a causa de esta droga encendieron las alarmas ahora en la Argentina, que abrió el debate sobre una problemática que podría crecer en los próximos años. Si bien se trata de casos aislados en nuestro país, la Justicia puso la mira en los últimos hechos y busca que el consumo no se expanda.

 ¿Qué es el fentanilo y qué efectos produce?
El fentanilo es un potente analgésico opioide sintético. Un gramo de esta sustancia es 50 veces más fuerte que la heroína y 100 más que la morfina. Se la conoce con distintos nombres: “Apache”, “China Girl”, “China White”, “Dance Fever”, “Friend”, “Goodfella”, “Jackpot”, “Murder 8”, “TNT”, “Tango and Cash”, “Heroína Blanca”, entre otros.

 Existen dos tipos de fentanilo: el farmacéutico, que es usado para tratar el dolor intenso, especialmente para después de una operación y en las etapas avanzadas de cáncer y enfermedades terminales; y el casero, que es fabricado ilícitamente.

 Los casos más frecuentes de adicción se dan con el fentanilo creado en cocinas ilegales, que luego se distribuye en el mercado negro, al igual que lo hacen con la heroína. Se vende como polvo, gotas vertidas sobre papel secante, como pequeñas golosinas, en goteros para los ojos, vaporizadores nasales o en forma de pastillas que tienen el aspecto de opioides recetados.

 Generalmente, se le agrega otra droga sintética debido a su extrema potencia, lo que hace que la sustancia se venda más barata y que sea más adictiva, pero a la vez se vuelve más peligrosa para el consumo. Tan solo dos miligramos de fentanilo base puede matar a una persona.

 Preocupación por el robo del fentanilo: de menos a más, los tres robos del 2025

 En la Argentina, el consumo de fentanilo parece estar controlado por el sistema de salud. Solo se distribuye a hospitales y sanatorios donde hay salas de internación, bajo un estricto protoloco de comercialización. Las empresas y organismos del Estado deben pasar distintos filtros y llenar decena de formularios y declaraciones juradas para poder acceder a esta sustancia.

 Sin embargo, en lo que va del 2025 se detectaron al menos tres robos de ampollas, y da la causalidad que en todos los casos fueron protagonizados por enfermeros, personas que firman un código de ética profesional y que deberían estar abocados al bienestar de los pacientes.

 Hospital Paroissien
7 de enero 2025, La Matanza
El primero sucedió en enero en La Matanza. Walter Hugo Mansilla, el acusado, trabajaba en el Hospital Paroissien, en la localidad de Isidro Casanova. Fue descubierto a través de las cámaras de seguridad, cuando una empleada descubrió que había robado tres ampollas de fentanilo de 10 milímetros cada una.

 Días después, allanaron la casa de Mansilla y encontraron las ampollas de fentanilo, además de distintos blísteres de analgésicos y medicamentos que presuntamente provinieron del Paroissien.

 La causa recayó en la UFI N°11 de La Matanza, a cargo de la fiscal Evangelina Sánchez. La funcionaria dispuso que el expediente sea calificado por el delito de hurto agravado, ya que no se comprobó que esa droga haya sido comercializada. El hombre recuperó la libertad, aunque sigue imputado e irá a juicio.

 Hospital Oller de Solano
25 de febrero, Quilmes

 En Quilmes sucedió algo similar, aunque la enfermera que está involucrada en el hecho no llegó a robar las ampollas de fentanilo, sino que falsificaba recetas de esa sustancia usando talonarios de la Municipalidad.

 Se trata de Nancy Anahí Villagra, trabajadora de la salud del Hospital Oller de San Francisco Solano, que quedó detenida a fines de febrero, tras una investigación de la Dirección de Investigaciones contra el Crimen Organizado de la Policía Bonaerense.

 La acusada también fue allanada y los procedimientos se secuestraron 54 recetas para la obtención de fentanilo y morfina, una historia clínica de un paciente consumidor de estas drogas, un talonario de recetas del hospital y muestras de analgésicos. También se encontraron documentos con anotaciones y un sello de un médico especializado.

 Fuentes policiales indicaron que los sospechosos de consumir el fentanilo facilitado por Villagra incluyen tanto a pacientes suyos como a personas que nunca se atendieron en el Hospital Oller. La investigación apunta a que la enfermera falsificaba firmas de médicos para emitir las recetas ilegales.

 Hospital Justo José de Urquiza

 24 de marzo, Entre Ríos

 El último caso ocurrió en Concepción del Uruguay, en la provincia de Entre Ríos, y, por ahora, es el más grave. En esa localidad, un enfermero del hospital Justo José de Urquiza creó un canal de Telegram donde comercializaba ampollas de fentanilo a 35 mil pesos cada una. Lo hacía sin esconderse, en un grupo abierto con decena de suscriptores.

 El hombre fue detenido a mediados de marzo, tras una investigación realizada por la titular de la Fiscalía Federal de la localidad entrerriana, Josefina Minatta, y que contó con la colaboración de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), a cargo de Diego Iglesias.

 

Fuente: TN

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